Podemos decir que el bullying es cualquier forma de maltrato físico, psicológico o verbal que un escolar o grupo de escolares ejercen sobre un compañero durante un tiempo prolongado.
Quienes lo ejercen, lo hacen para imponer su poder sobre el otro a través de amenazas, agresiones, insultos e incluso vejaciones, con el objetivo de mantenerlo bajo su completo dominio a lo largo del curso. Por lo general, y ante el aislamiento de la víctima por parte del resto de sus compañeros, el acoso se sufre en silencio, por lo que es muy difícil que los padres o profesores lo detecten a tiempo.
El acoso escolar es una realidad que afecta a niños de todas las condiciones sociales, con o sin discapacidad, pertenezcan a colegios públicos o privados, y que llega incluso a un 4% de los alumnos en algunos ciclos educativos, según el Ministerio de Educación.
Es cierto que la concienciación acerca de la necesidad de hacer frente al acoso es cada vez mayor y las iniciativas para luchar contra él en las aulas están aumentando, pero los datos que reflejan algunos estudios siguen siendo alarmantes:
Por lo tanto, no podemos decir que el acoso escolar se trate de una cuestión aislada, sino de un hecho extendido que nuestra sociedad no puede dejar pasar mirando para otro lado.